Los saberes de las ciencias sociales se apoyan en distintas creencias y perspectivas filosóficas que fundamentan el estatuto de las disciplinas y que distinguen las grandes opciones epistemológicas, teóricas, metodológicas e incluso técnicas: así, por ejemplo, las tradiciones empiristas marcan el énfasis en la descripción de los fenómenos y en su dimensión medible; las positivistas en el establecimiento de leyes universales; las neopositivistas en la conformación de sistemas teóricos lógico deductivos o en teorías densas en inducciones e inferencias de hechos comprobables y en leyes estocásticas; las pragmatistas en la dimensión técnica e instrumental; las idealistas neokantianas en la comprensión histórico hermenéutica; las fenomenológicas y existencialistas en las tramas sociales vistas desde el mundo de la vida; las marxistas en la configuración histórica y material de la lucha de clases.